Un Antonio Banderas sobrio y contenido, diferente a ese espíritu encantador que transmite a sus personajes, sorprende gratamente al espectador en «La piel que habito», la película de Pedro Almodóvar que el 19 de mayo se estrenó en el Festival de Cannes.
Banderas, con los 50 años ya cumplidos, encarna a un cirujano perverso en la película, ofreciendo un registro muy austero en gestualidad. En un encuentro con periodistas españoles, el malagueño aseguró que él es de la escuela de los 80, cuando se decía que la arruga es bella.
«No me he hecho nunca ningún toquecito ni me lo haré. (Mi aspecto) me está abriendo posibilidades nuevas en mi profesión y espero que eso me abra una nueva vía de personajes distintos», afirmó.
El malagueño que ya fue noticia en la primera jornada del certamen francés, cuando presentó «Puss in Boots» (la película de animación en la que presta su voz al protagonista «El gato con botas»), recupera hoy el protagonismo por su elogiado reencuentro con Almodóvar, dos décadas después de que la carrera de ambos despegara con los éxitos de «Mujeres al borde de un ataque de nervios» o «Átame».
Asegura que ha encontrado un Pedro más complejo y más profundo, «dándole vueltas a la moralidad de las historias». Admite que el trabajo ha sido duro, pero que está profundamente agradecido por el personaje que ha logrado crear. Almodóvar «nos ha domesticado de puta madre», espetó para resumir la labor del cineasta.
Y también señaló que las informaciones sobre la poca química que había director y actor son mentiras. «Cuando nos vamos a trabajar no vamos a una ‘party’. Yo no voy a la fiesta, yo voy a currar. Y el trabajo de un actor es muy delicado y hay momentos en que te sientes totalmente perdido y esos son momentos duros».
Marisa Paredes, compañera de reparto, intervino para explicar que hay directores que permiten al actor expresarse por sí mismo, pero que ese no es el caso de Almodóvar, quien tiene una idea muy precisa de cómo tiene que ser y actuar cada uno de los personajes.
«Es capaz de agarrarse a sus ideas como nadie y es fascinante ver como cree en él mismo», apostilló Banderas. En estos momentos, «Almodóvar es probablemente uno de los directores más personales de la cinematografía mundial», aseguró.
El actor malagueño explicó que hace tres años cambió de agente en Hollywood, donde «le trabajaban como una hamburguesa» y aprendió a decir la palabra más importante la meca del cine: «no».
De ahí surgió su colaboración con Woody Allen en «Conocerás al hombre de tus sueños» o su participación en «Knockout», una película de espías dirigida por Steven Soderberg.
Además, volverá a rodar en España con Gabe Ibáñez («Hierro») en «Autómata» y por primera vez actuará en su próxima película como director: «Solo».
«Me encuentro con más fuerzas y ganas que nunca», insistió Banderas, quien sí que confiesa incómodo por el hecho de formar parte de la competición de Cannes.
«Esto no es fútbol», apuntó Banderas, que prefiere no pensar en premios. «La expectación es la madre de todas las frustraciones», aseguró.